9.01.2006

matar el domingo

·El río baja por las costas con su alternada indiferencia y la ciudad lo considera como una perra perezosa
·El estilo no es una cuestión de escritura
·Nadie se enriquece leyendo si a la vez no es capaz de chupar un durazno aprovechando que tiene una mano desocupada para llevárselo a la boca, si no hace el amor entre dos páginas, si no se asoma a la ventana para saber que 50 niños murieron quemados el último mes en la zona de Raigón, y que en Biafra los nigerianos ayudados por el noble Reino Unido degollaron a todos los heridos de un hospital. (Último Round)

Encuentro estos tres ítems en una hoja entre más hojas que escribí un domingo a la tarde cuando trataba de matarlo, al domingo digo, estaba frente a paneles que mostraban a Cortázar y sus formas. La hoja era de una libreta, arrancada por una chica que me la ofreció gentil junto a una birome que nunca pude devolverle. Y si… son esas cosas que le pasan a uno cuando tiene la lágrima a flor de piel, la de las tardes de domingo. Además esa chica era parte de un pasado que dolía mucho y estaba allí, también en la muestra de Cortázar, pero esa es otra historia.
Ahora que llueve, que es viernes a la tarde y no domingo y la tristeza no viene porque no es su día, puedo escribir sobre lo que siento, puedo dejar registrado en este blog que de pronto olvidé, todo lo que me gusta Cortázar, la manera exquisita que tiene de emplear , moldear, manipular y disponer de las palabras.
De fondo Yann Tiersen insiste con su Rues des Cascades en llevarme a tierras lejanas. Que placer…
Permiso , ya vuelvo, voy a preparar unos mates. Por suerte todavía falta para tener que matar otra tarde de domingo