6.28.2006

Hoy como ayer y siempre tuve que ponerme lágrimas porque no tengo lágrimas, valga la paradoja.El tema es que soy muy llorona y ando derrochándolas sin pensar . Tanto que después me faltan cuando las necesito.Por eso los ojos se quejan y arden pidiendo líquido. Y claro , las que les hecho son artificiales pero ellos no tienen problemas con las falsificaciones.
Me gusta pensar que en el frasquito puede haber lágrimas de cocodrilo, o de mujer engañada, o de felicidad o del que se apretó el dedo con la puerta, o del que lloró cuando se recibió su hija o las de las lloronas de los velorios, también falsas pero lágrimas al fin.También puede estar la lágrima del arrepentido, del bebé que reclama a su mamá y seguir pensando infinitamente todas las lágrimas del mundo
Pero la realidad me devuelve al contenido del frasquito:polietilenglicol, glicerina e hidroxipropilmetilcelulosa (linda palabra para el ahorcado).
No más divagaciones, las lágrimas falsas son solo eso.Las del cocodrilo las habrá secado la evaporación , a las otros los pañuelos o el dorso de una mano o la manga del pulóver.Que importa.Salieron de los ojos o de la emoción o del dolor o de la alegría.
Las mías no están cuando tienen que estar aunque el llanto siempre se lleve la mejor parte

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Tal vez llega un tiempo que las lágrimas se reservan para las grandes alegrías. No todas las lágrimas son tristezas. A veces es mejor ocultar nuestras tristezas, por que pueden ser contagiosas y otros esperan una sonrisa de aliento, como a veces uno espera ese guiño cómplice para seguir adelante. Te mando un guiño desde lejos.

11:03 p. m.  

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